Incluso si no estoy pasando por lo mismo que vos créeme que hay algo extraño en mi interior. Como si una parte de mi se estuviera desvaneciendo y siento que no estoy completo.
La vida es una construcción, si sacas un punto de referencia, desaparecen algunos que creías intrascendentes también. Muchos no logran darse cuenta yo lo noto demasiado.
A medida que pasa el tiempo me voy dando cuenta la distancia infinita que se interpuso, el interés demostrado en cada palabra, la carga emocional de las circunstancias. Negando lo ocurrido me dejo llevar por caminos desconocidos. Me llevas a la salida una y otra vez. A aquel saludo frió que significo el adiós de lo que alguna vez representó tanto para mí. El adiós a mi compañera de vida, a mi cómplice favorita.
Cómo estar tranquilo cuando todo lo que viene a la mente son recuerdos de una circunstancia trágica?
Cómo aceptar que se fue para nunca más volver y ni siquiera tuve la oportunidad de despedirla adecuadamente?
Un trago amargo eterno, el capítulo que nunca cerró, el grito que nunca calló.
...Y como costumbre la ves sentada a tu lado acariciándote el pelo, sosteniéndote las manos, observando tu mirada con esos ojos tan característicos que detienen incluso el tiempo.
Comienzas a vislumbrar la sonrisa que se va dibujando, la confirmación absoluta de que todo esta bien.
Desearía ser el contendiente digno, el héroe que destaca ante lo terrenal, que se alza con la cabeza de miles de monstruos, que lucha y siempre triunfa, el competidor a temer. Sin embargo no soy nada.
Maldita concepción. Habran sido las películas? la crianza mezclada con los sentimientos de esperanza e ilusión?
Necesito la despedida... aquella que nunca voy a tener.
No sirve de nada ser eterno si solo quiere momentos