Vivimos en un tiempo en el que todo cambia de forma veloz, tal vez drásticamente, no lo sé a ciencia cierta.
Siempre recalco lo bueno que es mantener la esencia de uno, no dejarse llevar por modas estúpidas, ni lo que la industria nos imponga u ordene que debamos hacer. No esta bien dar ese poder a absolutamente nadie.
Es vital que siga siendo nuestro.
Nosotros somos lo que decidimos en nuestras vidas.
No hay peor cosa que no tener control. Por más que hallan instantes divertidos, de conveniencia, momentos azarosos que nos sorprendan.
Hay que tener plena consciencia del límite de todas aquellas cosas. Y reconocer cuándo se traspasa la barrera. Cuándo se permite lograr a "algo" sus cometidos y toda la influencia que ejercen sobre nosotros.
Imagino que ya habré escrito sobre el "poder" sin embargo estos días ameritan volver a mencionar ciertas cosas, por que todo... todo se trata sobre mí... en este blog (aclaro) y aquello que ocurre en mi mundo.
El poder permite ejercer autoridad que más tarde se transforma en un aprovechamiento y por favor no se confundan, no hago referencia a política, ni a elementos o sistemas complejos, si no a otras cosas más simples que prefiero no mencionar.
En fin creo que soy un caso especial, una mezcla de gran cantidad de "piezas" que se adapta al entorno intentando mantener la esencia. A esto quería llegar. Créanme que no es nada fácil.
Hace tiempo tengo ganas de restartear el chip en mi cabeza, comenzar de 0. Que todas aquellas caprichosas ideologías y pensamientos que adquirí con el tiempo se simplifiquen dándome aire y soltura al actuar.
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