Logre tranquilizarme ya que de todas formas volver a la conciencia suponía un alivio. Todo lo que quiero sigue intacto, todos mis proyectos siguen en camino, mi habitación es la misma, todo marcha bien no hay de que preocuparse, pero sin embargo... fue tann real, sin poder evitarlo la angustia vuelve apresurada, quedo boca arriba en mi cama y vuelvo a cerrar los ojos. Es incomprensible porque..., aunque empiezo a soñar algo distinto, un malestar recorre mi ser y me hace sentir extraño. El pequeño estado de conciencia que hay en mi mente sabe que un factor externo causa ese malestar, pues nada de lo que esta pasando en el sueño tiene que ver con esa sensación, nada lo puede generar. Se manda un impulso a mi cerebro con la orden de despertarme y es lo que hago, Abro mis ojos y pienso. Solo recuerdo una pequeña parte del sueño.
Otra vez se vuelven a mostrar las dos caras opuestas de la moneda, la felicidad absoluta y el desconsuelo interminable. Aquella diferencia que tan mal hace. La línea divisora es lo que realmente preocupa. Ver su consistencia, ver que con el paso del tiempo adquiere solidez.
Me pregunto si es la ocasión donde tendré que volver a reunir fuerzas, y lanzar aquel golpe que permita romper la pared. Me propongo averiguarlo... y por suerte las señales son claras, la confusión desaparece y me digo: tan solo fue un sueño...un maldito sueño.
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