Todavía no caí que es el último día del año, pero en fin, me
decidí a escribir, y estoy seguro que mientras lo vaya haciendo me voy a dar
cuenta lo mucho que significó para mí.
Pasaron tantas cosas… cambio drásticamente mi mundo, sentí
las peores cosas y percibí la consolidación y la consistencia de muchas otras.
Perdí tanto y gane tanto.
Lo primero que recuerdo es aquel momento de vacío y de
destrucción, cuando pensaba que todo había terminado para mí, que no tenía
razón de ser o por qué existir. Fue como si me hubiesen arrancado mi vida en un
instante.
Me acuerdo encontrándome pensando, desconsolado, sin saber
qué hacer en su mayor expresión, sin saber qué hacer absolutamente.
Ni siquiera pensaba a futuro, si no que era algo más grave,
no sabía qué hacer en cada instante que estaba transcurriendo a cada milésima
de tiempo. No me quedo otra opción más que "matar el tiempo". Hacía
lo imposible por distraerme, buscaba compañía, y la televisión lograba
despejarme algunas horas.
El primer agradecimiento es para esa persona que estuvo
conmigo en aquel momento. A veces sin saber la gente ayuda a otra.
Creí que no iba a sobrevivir, no aguantaba el paso de los
días. Fue desesperante, hasta tal punto que tuve que arreglar el problema en
unos 5 o 6 días. No podía permitir que el dolor siga dentro mío. Me preguntaba
cómo iba a hacer para sacar todo lo malo, para empezar una nueva vida.
Pensé en pedir ayuda, en hacerme tratar, por suerte todo se
soluciono tan rápido.
El segundo agradecimiento, es al destino, a las
circunstancias, a la suerte o como se lo quiera llamar.
Tan grabado tengo los momentos desagradables… hace unos
meses me veía en una situación comprometida.
Como observaran no me gusta ser muy explícito con lo que
escribo, así que solamente diré que sentí la necesidad de ayudar
obligatoriamente.
El sufrimiento es mi peor miedo, verlo a la cara saca lo
peor de mí, saca aquellos recuerdos
tortuosos o ese estado de sensibilidad que tanto me caracteriza.
Si tengo una virtud es mi exigencia o mi cordialidad.
Inevitablemente me pongo en el lugar del que más lo necesita y sobre todo en
las peores situaciones.
Desee la calma, la necesitaba desesperadamente, no había
opción, en aquel momento era indispensable,
fueron 3 segundos de pánico y vino a mi lentamente como un pequeño haz
de luz que da en el rostro de un hombre que paso días en infinita oscuridad.
Quede más tranquilo, sin embargo un temor leve asechaba en
mi conciencia. Y paso horas más tarde lo que temía… una bomba estalló y
lagrimas se derramaron, un gran período de tiempo no fue más que esencia pura,
dejo de ser todo aquello que fue y traspasó a un plano desconocido, diferente y
sombrío.
El tercer agradecimiento es a aquella esencia que me llena y
me reconforta.
Luego de todo eso, siguieron viniendo aires de cambio. Los
hábitos y costumbres desaparecieron tan velozmente como el último latido de un
moribundo que se desvanece en los oídos de un ser querido.
Tarde en acostumbrarme pero lo logré, y seguí mi camino a un
estado de maduración superior. Hay veces que simplemente se debe comprender,
tomar conciencia que el pasado debe ser dejado en su lugar.
Entre todo ese tumulto se sumó una circunstancia que le daba
un toque especial a mi sufrimiento, era aquel ingrediente secreto que hacía
perfecta a una comida de buen gusto:
La ignorancia... ese ser espeluznante que me agobia y le
temo tanto pero tanto, como aquello a lo que ya me referí y que no debo
nombrarlo. En éste escrito toma tal
protagonismo que ya ni siquiera hace falta mencionarlo.
Mis deseos se
alejaban como un barco yendo hacia horizonte. Los manotazos no alcanzaban, el
esfuerzo era inútil. Fue cuando me di cuenta realmente que el ser dependiente
no es bueno. Comencé a realizar estrategias como un jugador de ajedrez que ejecuta combinaciones para acorralar a su
rival. Arriesgue más de lo debido por la necesidad de cambiarlo todo a mi
favor, o al menos para pasar a tener un mínimo de control. Y bendito sea dios que
pude hacer mi cometido, el fin justifica los medios sí señor. Créanme son
capaces de hacer tantas cosas cuando se está desesperado.
Una vez escuche por ahí, "lo correcto no siempre es lo
indicado" y a partir de ese instante la frase quedó grabada en mi cabeza.
Tantas veces la vida me dejó humillado… fui noble y correcto
y solo sacrifique parte de mi personalidad para ser alguien con un poco más de
paz. Sin duda me duele el hecho de que haya cosas de las cuales me arrepiento,
pero simplemente he cambiado y hasta puede ser que haya madurado. La vida me
demostró que no tengo la suficiente fuerza como para ser, desde mi punto de
vista, la persona ideal. Me arrastro por el piso como un padre dándole una
lección a su hijo. A pesar de todo sepan que estoy muy orgulloso.
El mundo que hice en mi cabeza es utópico, el real es todo
lo contrario.
Por más que haya utilizado todas mis armas para lograr el
traspaso de planos, me resultó imposible. No soy el elegido o la persona
indicada. Aunque creo que esa persona existe o existirá y solo de pensarlo me
hace envidiarlo.
Después de todo lo narrado vino un último golpe, en
instantes posteriores a la recompensación de tantos años de esfuerzo. Del
blanco al negro en un chasquido, me di cuenta que el tiempo no siempre está
corriendo, hay lapsos que son absorbidos por un ente desconocido. En momentos
inesperados el “switch” puede ser apagado.
Sé que hay tantas fuerzas tironeando del "otro
lado", hay tantas cosas que no somos capaces de observar. La ignorancia es
sin duda mi peor enemiga y mi mejor amiga.
Soy consciente que en el instante en el cual levanté mi copa
por un brindis, lo que pasaba por mi cabeza no lograba resumir todo el año
2011. Hubo mucho más. Pero estoy seguro que al menos lo más importante se
mantuvo tan intensamente que borro los fantasmas y las sombras que se ocultan
en lo más profundo de mi ser.
Cuarto agradecimiento para todos aquellos que me acompañaron
en este año tan especial y diferente.
Y quinto y último agradecimiento a todo eso que está más
allá y que me mantuvo con mis convicciones y de pie para afrontar lo que fueron los
obstáculos más grandes de mi vida.
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