Estebulc

Si hay algo que detesto es la manera absurda que tiene la sociedad de influenciarse, la falta de conciencia hacia la realidad, la escasa lógica con la que se manejan los individuos que la componen. Como suele suceder en la mayoría de los casos la balanza se inclina notablemente hacia los puntos negativos y los defectos se multiplican al tomar como cabeza de grupo a alguien que tiene un solo punto de vista de la situación, un solo enfoque del mundo que lo rodea.

Sin duda faltan líderes positivos, aunque  no es de extrañarse que la gente se sienta identificada con el reflejo mediocre de lo que es.

Nadie se detiene a pensar, a realizarse preguntas fundamentales como ¿estamos yendo por el camino correcto? ¿qué estamos haciendo mal? ¿qué conseguimos con nuestras acciones? ¿realmente vale la pena el esfuerzo?. Y con líder no solo me refiero al que lidera la causa si no al punto de partida, al que dio la idea, al que propuso, a aquella persona que anonimamente dejo un comentario en un rincón del mundo y un grupo de personas lo tomó como base para desarrollarse. Ese maldito efecto de reproducirse a gran escala, de propagarse como un virus hace el resto. Enferma a la sociedad de tal forma que no hay vuelta atrás. Créanme que la cura no existe, cuando la sociedad está podrida hay que analizar seriamente un posible reemplazo, tal y como sucede con una pieza que compone un sistema, si no es reemplazada inevitablemente no puede funcionar nada.

Soluciones extremas para situaciones límites, no lo creen?. Sin embargo ¿saben que estamos en el límite tolerable? porque claro, todo esto puede ser mucho más grande si lo dejamos ser. Tengo miedo que el monstruo no se pueda frenar. 
Los que queden salvos ¿tendrán la fuerza necesaria para hacerlo?.