Después de mucho tiempo me propuse escribir para mi sección “escritos”.
La inspiración es algo que no se tiene todos los días, al menos yo no escribo por el simple hecho de escribir, se tiene que instalar en mi mente una idea y de allí desarrollar el concepto.
Últimamente soy muy exigente a la hora de que concluya con sentido, que se pueda leer bien y que al menos suene agradable a los oídos. El sistema de puntuación y las palabras repetidas es algo que me interesa perfeccionar. Intento hacer las cosas bien y deseo que se note.
Espero que les guste.
La sustancia
Desde lejos observaba una sustancia. Al principio era clara como el agua, los rayos del sol la atravesaban.
Su brillo le daba un aire de pureza inconfundible y no sé por qué pero me hacia sonreír. Muy lentamente, con el paso de un tiempo agonizante esa sustancia fue tornándose oscura, tan oscura que ya ni siquiera reflejaba cosa alguna, todo lo que advertí en ella era un vacío absoluto. Poco a poco comencé a mimetizarme con ella, su profundidad era increíble, la eternidad que albergaba la hacia especial.
Mis ojos se abrieron como nunca antes y el tiempo se detuvo, arriba de aquel líquido una última gota que completaría su consistencia. Entonces… el día se nublo, los segundos se hicieron horas y aquella gota siguió su rumbo. Un destino incierto se hallaba al asecho. Con la convicción firme corrí hacia la sustancia, sabía que estaba lejos pero fue solo cuestión de un pestañeo para que aquel camino de metros se convirtiese en algo de kilómetros.
Mi cuerpo sintió un desespero, mi corazón se agitó, mis piernas flojearon pero seguí corriendo. El viento logro un lagrimeo intenso en mis ojos. Supe entonces que aquel instante era crucial en mi vida.
Mis oídos se taparon por la presión del momento. Al menos no escuchaba nada, esa era mi impresión, o a lo sumo no había tiempo para contemplar el sonido ambiente que se realizaba en aquel instante.
A primera instancia note un cansancio tremendo, debía hacer el doble de fuerza para mover mis piernas, pero unos segundos después ya no distinguía el agotamiento de mi cuerpo.
Una sensación cruzo por mi mente como un rayo devastador. Caí al piso de rodillas y comenzó una sucesión de flashbacks. Risas, llantos y momentos de paz a los cuales nunca les di una importancia mayor hasta ese momento. Yo viajando en el tren mirando por la ventanilla un día soleado quien sabe pensando en qué. Me levante de golpe y continué mi camino a toda prisa, todavía tenía la esperanza de que algo o alguien detuviese el tiempo para utilizarlo a mi favor. Pero esta vez deje de observar la sustancia, mi mirada se dirigió al piso, como no queriendo aceptar la realidad, pues, ya era demasiado tarde.
En seguida la tensión de la situación me obligo a ver hacia el frente, aquella gota realizaba su trayectoria muy lentamente. Entonces mi cuerpo se activo como un acto reflejo. Me precipité velozmente y me estire para detener su curso. La gota alcanzo la palma de mi mano y se expandió cubriendo todo mi cuerpo como si se tratase de una enredadera o una telaraña.
Había presenciado un acto irreal. ¿Como era posible que aquella pequeña gota saque extensiones simulando ser un ser vivo que ejecuta una acción a conciencia?.
Mi organismo empezó a fallar advertí dolor y sufrimiento en cada miembro de mi cuerpo. Pero estas dolencias iban mas allá, mi mente y alma también estaban corrompidas. Fue entonces cuando supe que moriría en pocos segundos.
Al menos me quedaba una alegría pues cada momento feliz que había pasado era aniquilado por la oscuridad. Parecían concluir con circunstancias trágicas que prefiero no nombrar.
Esa alegría no lograba entenderla muy bien, pero inexplicablemente sabía que había salvado algo demasiado importante. Tal vez aquella sustancia representaba otra cosa más allá de una simple sustancia. Tal vez era el cariño acumulado de mis seres queridos, o tal vez el amor incondicional de mi amada no lo sé. Lo que si sé y estoy seguro es que la salve de su destrucción, el momento posterior me dio la razón, vislumbre la aclaración del líquido. Otra vez la sustancia reflejaba pureza, su transparencia le daba un brillo particular.
Las nubes se abrieron, el sol salió y comencé a cerrar los ojos.
De pronto un viento repentino inundo la escena, distinguí la fría brisa de otoño por mis mejillas. El recipiente que contenía la sustancia callo al piso y el líquido se desparramo hacia mi presencia, al conectar con mi cuerpo todo el dolor se desvaneció. Desde ese momento hasta hoy en día, siempre me pongo a pensar en aquel instante en el que casi pierdo la vida, en ese instante en que la salve de un destino incierto. Porque ahora entiendo que esa sustancia era algo más que mi felicidad, era algo más que cariño acumulado, era más que una energía poderosamente atrayente, era mi vida entera.
Parece sacado de la fantasía de un niño de 7 años pero se que fue real, soy una prueba viviente de que así fue.
El momento quedara grabado por siempre en la eternidad de mi ser.